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Diariamente mueren 800 mujeres al dar a luz en países en desarrollo

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MADRID, 17 (SERVIMEDIA)

Todos los días mueren 800 mujeres al dar a luz, la gran mayoría de estos casos se producen en países del Tercer Mundo y podrían evitarse. Es una cifra que no cambia desde 2016, según recoge el informe ‘Estado de la Población Mundial 2024’, publicado este miércoles por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva.

Millones de mujeres y niñas no se beneficiaron de los avances en cuanto a salud sexual y reproductiva sucedidos en los últimos 30 años debido a su identidad o su lugar de nacimiento, según el documento, títulado ‘Vidas entrelazadas, hilos de esperanza: eliminar las desigualdades en materia de salud y derechos sexuales y reproductivos’. Este hace énfasis en el papel del racismo, el sexismo y otras formas de discriminación como obstáculos que dificultan que la población femenina avance en ese ámbito.

Las mujeres y las niñas pobres, las que pertenecen a minorías étnicas, raciales o indígenas o que están en entornos de conflicto tienen más probabilidades de morir porque no pueden acceder a la atención sanitaria oportuna. El informe detalla que, si una mujer en África sufre complicaciones durante el embarazo y el parto, tiene una probabilidad de morir casi 130 veces mayor que si viviera en Europa o América del Norte.

Además, se calcula que más de la mitad de las muertes maternas evitables tiene lugar en países que atraviesan crisis humanitarias y conflictos. La cifra equivale a casi 500 fallecimientos al día.

Así, en América, las mujeres afrodescendientes tienen más posibilidades de morir durante el parto que las mujeres blancas y, en Estados Unidos, dicha tasa triplica al promedio nacional.

Igualmente, las mujeres pertenecientes a grupos étnicos indígenas tienen más probabilidades de fallecer por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto.

Por su lado, las mujeres con discapacidad presentan hasta diez veces más probabilidades de sufrir violencia de género que quienes no tienen discapacidad, y las personas de orientación sexual y expresión de género diversas se enfrentan a “la violencia rampante y a grandes obstáculos” para recibir asistencia, según describe el documento de Unfpa.

Este año se conmemora el trigésimo aniversario de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) de El Cairo, un momento histórico en el que 179 gobiernos adquirieron el compromiso de convertir la salud y los derechos sexuales y reproductivos en un eje central del desarrollo sostenible.

No obstante, “los logros corren peligro”, dijeron desde Unfpa. Millones de mujeres y niñas siguen “muy rezagadas” y los avances respecto a indicadores fundamentales se ralentizaron o estancado.

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También, en 68 países, el 25% de las mujeres no puede negarse a mantener relaciones sexuales y casi una de cada 10 no puede tomar sus propias decisiones sobre anticonceptivos. Además, en el 40% de los países que disponen de datos al respecto, la autonomía corporal de la población femenina es cada vez menor.

FOCOS DE DESIGUALDAD

Los focos de desigualdad a nivel nacional “se resisten a desaparecer”, según Unfpa. Los datos del informe apuntan a hechos “preocupantes”: para mujeres y niñas, el acceso a anticonceptivos, servicios de asistencia al parto, atención materna basada en el respeto y otros servicios vitales de salud sexual y reproductiva queda fuera de su alcance.

Las mujeres “más ricas” de Madagascar son cinco veces más propensas que las “más pobres” a dar a luz con ayuda de profesionales cualificados.

En Albania, el 90% de las mujeres romaníes que pertenecían al grupo socioeconómico más marginado tuvo problemas notables para acceder a la atención de la salud, mientras que solo el 5% de las mujeres de etnia albanesa del grupo socioeconómico más privilegiado se topó con las mismas dificultades.

Las mejoras en lo referente al acceso a la atención de la salud beneficiaron, principalmente, a las mujeres “más ricas” y a las que proceden de grupos étnicos que ya disfrutaban de un acceso más amplio a dichos servicios.

Las mujeres y niñas con discapacidad, las personas migrantes y refugiadas, las minorías étnicas, el colectivo Lgbtqia+, las personas con VIH y las castas desfavorecidas tienen un mayor riesgo de tener problemas de salud sexual y reproductiva y un acceso desigual a la atención sanitaria de esta índole, según especifica el informe.

En este sentido, la vulnerabilidad de estas mujeres se agrava como consecuencia de factores como el cambio climático, las crisis humanitarias y las migraciones masivas, que a menudo tienen un efecto desproporcionado sobre las mujeres que viven en los márgenes de la sociedad.

NECESIDADES

El informe recalca la importancia de “adaptar los programas a las necesidades de las comunidades y de empoderar a las mujeres y las niñas”, de modo que conciban y pongan en ejecución soluciones innovadoras.

Según sus cálculos, si se invirtieran alrededor de 79.000 millones de dólares en países de ingreso medio y bajo desde el presente hasta 2030, por ejemplo, se evitarían 400 millones de embarazos no planeados, se salvaría la vida de un millón de personas y se generarían beneficios económicos por un valor de 660.000 millones de dólares.


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