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La inflación impacta tanto a escala global como doméstica en la manera en que las personas se alimentan al modificar el patrón alimentario, según expertos

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El 78% de los españoles teme que la inflación les impida llevar una dieta saludable en los próximos años, según un estudio

VALLADOLID, 26 (EUROPA PRESS)

Las consecuencias que tiene la inflación y el aumento del precio de los alimentos básicos son “muy importantes” dado que tiene un impacto “global y familiar” en la dieta al “alterar” el patrón alimentario de las personas, que renuncian a preparar ciertas recetas para apostar por una alimentación variada y saludable debido al incremento del coste de determinados ingredientes.

Así lo asegura la coordinadora del Grado de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC), la doctora Paula Crespo Escobar, quien ha explicado a Europa Press que algo “muy importante” que hay que tener en cuenta en relación con esta cuestión es que todo alimento lleva un precio, entonces si se modifica ese precio, se alterará la alimentación y el patrón alimentario de las personas.

Al hilo de estas palabras, indica que históricamente los nutricionistas siempre han defendido que una dieta más saludable “no tenía por qué ser más cara”. No obstante, reconoce que en el último año ha subido tanto el precio de los alimentos básicos como la fruta, verdura, carne o el pescado lo suficiente como para modificar la alimentación de la población general.

Hay que tener en cuenta que el 78% de los españoles teme que la inflación les impida llevar una dieta saludable, por lo que en un contexto en el que la economía y la alimentación se encuentran entrelazadas, los ciudadanos muestran su preocupación ante la “imposibilidad” de articular una dieta variada y saludable, según se desprende de un estudio publicado por HelloFresh.

A este respecto, Crespo explica la nutricionista, se ha pasado de un tiempo en el que la gente no miraba tanto el precio de los alimentos básicos y ahora las familias “van al céntimo” en aspectos como los alimentos esenciales, como los antes mencionados. Por ello, la coordinadora del Grado de Nutrición Humana y Dietética de la UEMC señala que cada vez que se modifica el precio de un alimento hay que tener en cuenta que tiene un “impacto muy importante” en la alimentación de la población.

“Hay gente que no lo tendrá en cuenta o que no le interesará tanto, y hay gente que, ante ese aumento de precio no va a poder consumir los alimentos básicos para mantener una dieta equilibrada”, reflexiona la experta en declaraciones a Europa Press.

TODO “CARÍSIMO”

Las personas entrevistadas por Europa Press han coincidido en destacar que todo está “carísimo” y cuando se va al supermercado con 100 euros, relata una señora, es “horrible” porque el pescado “no se puede tocar” y la carne, aunque esté cara, “da más de sí”.

Por este motivo, la mayoría de las personas preguntadas por esta situación indican que se hace “más difícil” llevar una dieta equilibrada y saludable, porque hay que consumir productos más económicos y por este motivo es posible que tengan “carencias alimentarias” al no poder incorporar a su dieta productos variados.

Otro hombre cuestionado por esta circunstancia explica que hay “muchas” personas que no se pueden permitir organizar un consumo de productos más saludable y consumir pescados, carnes y verduras todas las semanas. “Yo he criado a mis hijos en otra épocas y trabajando solo uno vivíamos mucho mejor que ahora”, asegura.

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CESTA BÁSICA

A este respecto, Paula Crespo ha explicado que, como nutricionista, la cesta básica que se recomienda para configurar una dieta variada, rica y diversa debe contener alimentos frescos principalmente, que serían lácteos, frutas, verduras, legumbres, carne, pescado, huevos, y también cereales, que si son integrales “mejor”, como la pasta, arroz, pan integral.

En este sentido, la nutricionista considera que, al final, lo que compone una cesta básica es equivalente a una dieta variada y saludable y enfatiza en que es “cierto que el precio se ha visto incrementado precisamente en estos alimentos que históricamente no se han tocado tanto”.

“Siempre decíamos que aumentaba el precio de productos superfluos o que no necesitábamos, y lo cierto es que ahora ha subido de todo”, puntualiza, para remarcar que en los últimos tiempos cuando la gente acude a su consulta para tener una dieta “siempre dicen es que se dejan mucho dinero en dieta saludable, en alimentación saludable”.

Y cuando se realiza un registro de lo que estas personas comen y cuánto gastan en determinados alimentos, subraya la coordinadora del Grado de Nutrición Humana y Dietética de UEMC, al final “antes sí que se les podía orientar y ahora el problema es que el porcentaje que cuesta cada alimento saludable es mucho más alto”. La experta explica que ahora, lo que las personas se gastan en alimentos superfluos, procesados o poco saludables se está equiparando a lo que se gastan en alimentos saludables.

Lo que se ha notado en los últimos tiempos en las consultas, asegura, es que antes cuando las personas acudían a consulta de nutrición, se les realizaba una pauta y a lo mejor se quejaban un poco de algún alimento que no les gustaba, pero ahora quien viene a consulta “ya dice que ciertos alimentos no puede consumirlos con la frecuencia indicada debido a que son más caros”. “Entonces sí que notamos que la gente, a pesar de querer cuidarse, tiene más objeciones a la hora de establecer un régimen de dieta porque hay alimentos prohibitivos desde el punto de vista económico”, apostilla.

Para la nutricionista esta circunstancia choca con la idea de que para comer bien la opción saludable “tiene que ser siempre la más fácil”, en la medida en que en la actualidad, debido a la situación de inflación y a la subida de los precios de los alimentos, la opción saludable “no siempre es la más fácil porque a veces es la más cara”.

Por esta razón, considera que hay que tener “muy en cuenta” que el impacto que tiene esto sobre la alimentación de la población es “muy importante”. Del mismo modo, señala que los más afectados son los niños, porque se suele decir que lo que comen los niños es lo que comen los padres y lo que compran, por lo que recomienda como alternativa más económica para que las familias puedan mantener una dieta variada evitar los productos preparados y apostar por alimentos enteros y frescos.


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