La inversión en investigación biotecnológica en Andalucía ha experimentado un aumento del 2,59%, alcanzando un total de más de 247 millones de euros

SEVILLA, 24 (EUROPA PRESS)

La inversión en actividades de I+D en el campo de la biotecnología alcanzó durante 2022 en Andalucía los 247,2 millones de euros, arrojando un crecimiento del 2,59% con respecto al ejercicio anterior y un alza del 33,4% en relación con el año 2018. Estos datos se recogen en el ‘Informe sobre Actividades Biotecnológicas de I+D en Andalucía en 2022’ elaborado por la Agencia para la Calidad Científica y Universitaria de Andalucía (Accua), adscrita a la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, a partir de datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

De acuerdo con dicho informe, Andalucía ha vuelto a mantenerse en 2022 como la tercera comunidad que más invierte en I+D biotecnológica, con un peso del 9,64% sobre el conjunto nacional, por detrás de Cataluña y Madrid, según ha detallado la Consejería en un comunicado. En esta línea, Universidad ha puesto de relieve el “carácter estratégico” de este sector en la comunidad que ejerce una “influencia directa” en áreas productivas clave de la región, como la agroindustria y la medicina.

Atendiendo al análisis por sectores, el segmento empresarial presenta un aumento del 9,97%, lo que se traduce en una inversión en actuaciones biotecnológicas de I+D de 95,84 millones. Por su parte, con respecto al año anterior, las universidades, centros de investigación y hospitales andaluces, continúan siendo los “agentes tractores” de este tipo de I+D y acumulan un esfuerzo inversor de 151,38 millones, según ha recogido la Junta en un comunicado.

Por otro lado, el documento recoge que los recursos financieros que Andalucía destinó en 2022 a actividades de I+D biotecnológica en relación con la inversión global en investigación en la región (1.890,6 millones en 2022) representan un 13,08%.

El informe también se centra en los recursos humanos empleados en estas iniciativas, tanto en el ámbito público como en el privado, concluyendo que el personal dedicado a estas actividades se ha incrementado un 0,48% en 2022 sumando 3.501 profesionales (personal en equivalencia a jornada completa), una cifra que representa el 9,9% de los efectivos totales dedicados a actividades de I+D biotecnológica nacional. Si se compara con 2018, el ascenso se sitúa en 17,8%.

De los 3.501 profesionales identificados, 1.960 (55,98%) se corresponden con investigadores y 1.541 (44,02%) son perfiles técnicos y auxiliares. Por sectores, el informe revela un crecimiento del 11,66% de este colectivo en el seno de las empresas (1.294 personas en equivalencia a jornada completa), lo que “pone de manifiesto la trayectoria ascendente de este ámbito en el sector privado”, ha resaltado el departamento dirigido por José Carlos Gómez Villamandos.

Si se atiende a los distintos perfiles profesionales, el crecimiento se ha dejado “notar especialmente” entre el personal con niveles de técnico y auxiliar, cuyo incremento fue del 2,75% con respecto a 2021. El personal investigador, por su parte, sufrió un leve decremento de en torno al 1%, que se compensó con el alza experimentado en las anteriores categorías.

En lo que respecta al género, en el sector de la I+D biotecnológica, la paridad es plena, tanto en los perfiles de investigadores como en el apartado de técnicos y auxiliares, donde, incluso, la proporción de mujeres supera al de hombres. En el primer caso, el nivel de representatividad para el personal femenino es del 51,51%, mientras que para el masculino es del 48,49%. En la categoría de técnicos y auxiliares, los hombres suponen el 44,37% y las mujeres, el 55,63%.

El Plan Complementario de Investigación en Biotecnología aplicada a la salud, que se desarrolla en Andalucía a través de la Junta de Andalucía y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, con el apoyo de los fondos europeos de recuperación, ha concedido ayudas por valor de 1,44 millones a cinco entidades e institutos públicos de investigación andaluces para financiar ocho proyectos en materia de biotecnología de la salud que permitan el desarrollo de herramientas de diagnóstico y de terapias avanzadas en medicina personalizada.