ZARAGOZA, 21 (EUROPA PRESS)
El Monasterio de las Canonesas del Santo Sepulcro de Zaragoza ha inaugurado este mes una nueva ruta cultural de carácter etnográfico a las cocinas y refectorios –comedor–, que muestra algunas dependencias que hasta ahora no eran visitables.
Ya se han realizado varias visitas en grupos de ocho personas y están pendientes las del jueves, 25 de marzo, a las 17.00 horas, viernes, 26, a las 11.00 y 17.00 horas, y el sábado 27, a las 11.00 horas, si bien están todas las plazas cubiertas. El precio es de seis euros.
El propósito es retomarlas después de Semana Santa, tras el éxito obtenido, y hacerlas permanentes, seguramente en dos días a la semana, ha explicado a Europa Press el responsable de la gestión cultural del monasterio, Vicente Gómez.
Según ha contado, es una visita que complementa a la que se realiza desde hace varios años a la zona artística de este monasterio medieval y mudéjar del siglo XIV, con el objetivo de “zambullirnos en un ambiente más íntimo dentro de la vida de las diferentes épocas de las comunidades de canonesas”.
‘¡Hasta la Cocina! La Cocina y los Refectorios de las Canonesas’ es el nombre que recibe esta nueva ruta, sobre la que Gómez, que es el guía de este recorrido, ha precisado que se han ambientado algunas estancias con objetos originales de menaje y mobiliario que posee el monasterio. Asimismo, se ha cuidado la ambientación y la adecuación de los espacios, ha apostillado.
RECORRIDO
Gómez ha referido que la visita comienza en el locutorio del arco, para después pasar por el claustro, donde se dan unas pinceladas sobre el mudéjar, y, a continuación, se entra en el refectorio medieval, y de allí, pasando por el corredor de la muralla, a la cocina de principios de siglo XVI, “que es el centro de la visita”. La ruta continúa por la primera planta, donde conoce el refectorio nuevo, también del siglo XVI.
El responsable de la gestión cultural del monasterio ha precisado que salvo el claustro y el refectorio medieval, el resto de estancias no se habían mostrado hasta ahora a los visitantes, de forma que esta nueva ruta permite “adentrarnos en la vida más íntima y cotidiana de las canonesas” y “conocer los recovecos más desconocidos y sorprendentes del monasterio”.
Por otra parte, ha comentado que, a causa de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, la visita artística se ha hecho durante estos meses, cuando se ha podido, de forma individual, los lunes, durante dos horas, “con buen resultado”, si bien se acaban de recuperar las guiadas, a las 12.30 horas, y se van a ir aumentando.
700 AÑOS DE USO CONTINUADO
El Monasterio de las Canonesas del Santo Sepulcro de Zaragoza –www.santo-sepulcro.com– ha estado habitado de forma ininterrumpida durante 700 años por la misma orden y, en la actualidad “se sigue usando para lo que fue construido”, ha dicho Gómez.
Según ha detallado, esto le aporta un “poso en formas de vida” y un patrimonio “que lo hacen excepcional al no haber estado abandonado”, no solo en lo que se refiere a conservación de la estructura y de los elementos arquitectónicos, sino también de bienes muebles, como menaje, archivo y obras de arte.
Gómez ha expuesto algunas de las peculiaridades de las canonesas ya que cuando se creó este monasterio, en la Edad Media, era un lugar “abierto, no de clausura”, en sus celebraciones podía participa la sociedad y las religiosas también estaban en contacto con lo que ocurría en el exterior y podían pasar temporadas en casa de sus familiares.
Además, en su interior podían vivir mujeres que no pertenecían a la orden, constituyendo un “oasis de libertad en el contexto de las mujeres de la Edad Media”, ya que casi todas las que entraban en él aprendía a leer y escribir, podían desarrollar sus inquietudes en ámbitos como la música, la poesía y la ciencia, y se autogobernaban, con capacidad de decisión, ha apostillado el responsable de la gestión cultural del monasterio.
RESISTENCIA A LA CLAUSURA
Vicente Gómez ha manifestado que a mitad del siglo XVI, a causa del Concilio de Trento, se impuso la clausura a todos los monasterios, algo a lo se opusieron con firmeza las canonesas, “con episodios y documentos curiosos sobre esta residencia”. Finalmente, quienes habían accedido al cenobio antes de la nueva norma, no la siguieron, aunque sí las religiosas que entraron después.
Hasta los años 60 del siglo XX no volvieron a recuperar su anterior condición, gracias al Concilio Vaticano II, pero las canonesas “no habían olvidado su identidad” y volvieron a abrirse a la participación y a recuperar actos abiertos a la sociedad, como las procesiones por el claustro y “otras liturgias creativas que ofrecen a la ciudad” de Zaragoza, ha recalcado el responsable de la gestión cultural.
Según ha precisado, la característica de esta orden es la celebración de la oración y liturgia abierta y participativa, finalidad para la que se sigue utilizando el Claustro.
Gómez ha comentado que un grupo de laicos está vinculado a este monasterio en la actualidad, formando la denominada ‘Comunidad del monasterio’, un lugar donde también se han celebrado antes de la pandemia encuentros interreligiosos o ecuménicos, “buscando el desarrollo de la espiritualidad”. También dispone de una hospedería y hace cesión de espacios para realizar retiros a diferentes colectivos.
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