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Los fármacos antiangiogénicos aplicados en el interior del ojo frenan la evolución de la DMAE en el 90% de los pacientes

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MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

Los medicamentos antiangiogénicos aplicados directamente en el interior del ojo, a través de inyecciones intravítreas, permiten frenar la evolución de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) en un 90 por ciento de los pacientes, según han asegurado desde el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla con motivo de la puesta en marcha de una campaña para dar a conocer esta enfermedad ocular, así como sus síntomas de inicio para combatir la ceguera legal a la que conduce si no se trata a tiempo.

“La DMAE es una enfermedad degenerativa que afecta a la zona central de la retina denominada mácula lo que causa la pérdida de la visión central. Es muy común en personas por encima de los 55 años, aumentando su incidencia con la edad, de ahí que sea la principal causa de ceguera legal en los países desarrollados por encima de esta edad”, explica el especialista en mácula, retina y vítreo de la clínica, el Maximino Abraldes.

Para evitar que los efectos que la DMAE provoca sobre la visión sean irreversibles es fundamental detectar precozmente la enfermedad, además de ser imprescindible que el paciente mantenga un tratamiento continuado en el tiempo acudiendo a todas sus citas para un seguimiento exhaustivo.

Existen dos tipos de DMAE: la DMAE húmeda, que es la más agresiva por la aparición de vasos anómalos que provocan una progresión rápida con pérdida de visión en la mayoría de los casos, y la DMAE seca, que es menos agresiva, pero produce una disminución progresiva e irreversible de la visión a lo largo de los años.

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Para la forma húmeda, acaba de autorizarse en España la comercialización de un nuevo medicamento: brolucizumab, un tratamiento de última generación que permite que los pacientes con DMAE húmeda se traten en intervalos de aplicación de las dosis más largos, de hasta tres meses.

Además, un segundo medicamento, Faricimab, se encuentra ya en fase de aprobación por parte de la Agencia Europea del Medicamento. A ello se suma también un nuevo implante transconjuntival que se coloca en el ojo a través de la esclera y que actúa como reservorio liberando el tratamiento de forma progresiva y sostenida en el tiempo según las necesidades de cada paciente.

Tras su colocación a través de una intervención ambulatoria el paciente solo deberá acudir a la consulta dos veces al año para que el especialista pueda proceder a la recarga del dispositivo. “Poder disponer ya en nuestro país de Brolucizumab y del nuevo implante transconjuntival PDS y que Faricimab se encuentre también en fase de aprobación, nos permite contar con tratamientos muy efectivos con un menor número de inyecciones intravítreas anuales. Tratamientos más potentes y de mayor duración que de los que disponíamos hasta el momento”, ha detallado Abraldes.

En lo que respecta a los avances en el tratamiento para la DMAE seca, aunque en la actualidad sigue sin existir ningún fármaco aprobado para su aplicación, la investigación llevada a cabo a nivel mundial es prometedora, con varios ensayos clínicos activos en fase de reclutamiento de pacientes y con una línea de investigación muy prometedora a punto de iniciarse basada en la terapia génica.


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