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Cuatro mil escolares aprenden a gestionar sus impulsos en situación extrema de la mano de Fundación Eusebio Sacristán

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VALLADOLID, 22 (EUROPA PRESS)

Cerca de cuatro mil escolares de primero de la ESO de un total de 76 centros educativos de la Comunidad han podido aprender a gestionar sus emociones e impulsos en situaciones “extremas” a través de un plan desarrollado por la Fundación Eusebio Sacristán en ‘La Roca Multiaventura’, unas instalaciones de la Junta ubicadas en Palencia.

Este plan surgió cuando la Fundación Eusebio Sacristán se dio cuenta de la necesidad de trabajar las emociones y su gestión con la infancia y la adolescencia tras haber superado una situación de aislamiento a consecuencia de la pandemia del coronavirus y un confinamiento forzoso.

Desde el comienzo del plan ‘Hazte una roca’, que concluye este mes de mayo, la Fundación ha contado con el respaldo de la Consejería de Educación, que dirige Rocío Lucas, y la previsión es poder continuar con este proyecto el próximo curso escolar.

Antes de que los participantes lleguen a las instalaciones de La Roca, se trabaja con los ellos en las aulas y se analizan los conocimientos sobre las emociones y lo que es la resiliencia y una vez en La Roca, se les clasifica según la actividad a realizar, que pueden ser escalada, rápel, circuito de puentes, tirolinas y espeleología.

Y así arranca la jornada, que dura cinco horas y que concluye con un taller emocional en el que los escolares comparten sus experiencias, sus miedos y cómo han sido capaces de superarlos.

El responsable de ‘Hazte una roca’, Fernando Durán, ha explicado que la actividad a la que los niños les cuesta más enfrentarse “por norma general” es el rápel “ya que les exige estar pendientes de muchas cosas y es la que más emociones les despierta”.

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Asimismo, Durán ha indicado que se utilizan las actividades de tiempo libre “como un catalizador” con el que se sacan a la superficie las emociones “para trabajarlas como algo natural y que tienen que aprender a gestionar” a lo que ha añadido que el mayor beneficio es que “los niños se dan cuenta de que son capaces de enfrentarse a cosas que pensaban que no eran capaces de hacer”, como bajar una pared en rápel o lanzarse en tirolina.


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