VALÈNCIA, 16 (EUROPA PRESS)
Los podólogos de la Comunitat Valenciana aconsejan realizar una “correcta” y “progresiva” transición del calzado de invierno al de verano para proteger la salud de los pies. Así, instan a optar por un calzado ligero que permita al pie estar más fresco y más suelto y señalan como “buenas opciones” el calzado de tela o de pieles tratadas al ser “materiales técnicos cada vez más estudiados y perfeccionados, muy transpirables” y prendas que “evitan el exceso de sudoración”.
Con todo, estos profesionales apuntan que al llegar el calor se debe evitar pasar del calzado cerrado de invierno a las sandalias directamente. Así lo ha indicado, en un comunicado, el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV), que ha expuesto que mayo es el mes en el que habitualmente comienza a hacer más calor y se comienza a usar calzado más destapado, como las sandalias, tras el invierno.
Este colegio oficial ha explicado que las heridas, las ampollas, las laceraciones, las fascitis o las talalgias son algunas de las dolencias más comunes en los pies por no realizar correctamente la transición del calzado entre el frío y el calor.
“Las talalgias y la fascitis plantar, junto a rozaduras y laceraciones, son algunas de las dolencias más comunes que aparecen en nuestros pies en esta época del año al cambiar el tipo de calzado que usamos de forma habitual”, ha detallado la entidad.
En este sentido, la presidenta del ICOPCV, Pilar Nieto, ha destacado que se debe tener en cuenta que ahora se pasa “de usar un calzado cerrado que sujeta muy bien el empeine y el talón, habitualmente con suelas gruesas, a unas sandalias que seguramente tendrán menor agarre, una suela más fina”, y que “en muchas ocasiones ni siquiera llevan sujeciones adecuadas al pie”.
Los podólogos han elaborado un listado de consejos para proteger la salud del pie al pasar del calzado de invierno al de verano. Así, insisten en realizar “una transición progresiva al nuevo tipo de calzado” y plantean como ejemplo “comenzar con uno que sea más abierto” pero que “confiera seguridad al movimiento del pie sujetando empeine y talón”.
Del mismo modo, abogan por “optar por un calzado ligero que permita al pie estar más fresco y más suelto” y reitera el uso de aquellos modelos que son de tela o de pieles tratadas. Además, de pedir que se evite pasar del calzado cerrado a las sandalias directamente, los podólogos instan a “evitar usar un calzado excesivamente plano para que no se cargue la fascia plantar”.
Por otro lado, explican que se debe “repasar el estado de las suelas del calzado de verano del año anterior” y precisan que en caso de deformidad se deben retirar para no usar esos zapatos.
Para las personas diabéticas, los podólogos piden realizar todos los días revisiones de los pies. A este respecto, detallan que al dejar de utilizar calcetines pueden aparecer ampollas o heridas que, en el caso de estos pacientes “pueden tener dificultades de cicatrización y derivar en úlceras”. “Si hay ampollas o laceraciones, es aconsejable acudir al podólogo para tratarlas y hacerles seguimiento”, subraya el colegio oficial.
HONGOS O PAPILOMAS
Los podólogos indican que en general se debe realizar una revisión con uno de estos profesionales para comprobar que no hay “patógenos contagiosos o infecciosos como hongos o papilomas, por ejemplo”. En caso de que se den exponen que es necesario “aplicar el tratamiento adecuado con la máxima celeridad posible”.
Finalmente, recomiendan realizar una quiropodia en el podólogo para eliminar durezas, repasar las uñas y revisar talones para tratarlos cuando sea necesario con el fin de “evitar las dolorosas grietas”.
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